PRESIDENTA, NO DEJE QUE SUS MIEDOS NOS AFECTEN

El policía sólo puede usar su arma de fuego en caso de resistencia activa del infractor de la ley, dicha resistencia debe representarle un peligro real e inminente de muerte o lesiones graves. No la puede usar en otra circunstancia. Si ataca, sin esta causal de justificación, y mata, comete delito. Si alguien le ha ordenado matar, sin mediar esta eximente de responsabilidad, ambos cometen delito, el que mata y el que ordena matar. Si alguien aniquila o manda aniquilar a miembros de un grupo social comete genocidio y la sanción es de 20 años de prisión. Si mata o manda a matar a otro para ocultar un delito o con alevosía, le esperan 15 años de cárcel por haber cometido homicidio calificado. Si lesiona gravemente a otro puede ser condenado de 4 a 8 años de ausencia de libertad. El miedo a perder la libertad suele ocasionar ataques de pánico, ansiedad, depresión, psicosis, aislamiento social, estallidos de violencia y hasta suicidio. Pero el miedo a no ser libre también puede ocasionar el ataque o la lucha contra lo que se considera la causa del temor.

Dina Boluarte, Alberto Otárola y otros dos ministros están siendo investigados por genocidio, homicidio calificado y lesiones graves. Más de 70 muertos claman por sancionar quienes serían sus aniquiladores. Dina ha dicho que los que protestan son violentistas, antidemócratas y todo lo negativo de la democracia formal. Sólo le faltó decir que hay contra ella hostilidad política y machismo por ser ella la primera inefable presidenta del Perú y que ella, sus ministros y asesores, merecen canonización y la viña del Señor. Ha atacado con un discurso agudo y quebradizo a quienes teme, a quienes sabe la llevarán seguramente a prisión. Y es que cuando alguien se imagina que la prisión es próxima, por instinto, por sobrevivencia, busca revertirla, busca evitarla, busca mantener esa condición que occidente se nos ha instruido, es lo más valioso después de la vida, sea éste santo o canalla.

Y si hay otros que hubieran estado con ella en la fechoría, con ellos se defiende, se alía, hasta más no poder, y si tienes el Poder ¿Qué mejor?. Mientras puedas, a mantenerlo, claro, mientras la supervivencia o emancipación no peligren por actos del otro, por su cómplice, por su aliado, como en la peli de James Cameron, salvo que seas Jack Dawson o un músico dispuesto a orquestar hasta que la parca llegue, pero cuando el poder se acaba, se esfuma como el gran barco, cada quien salva su alma, huye como reacción. No sea necia, Presidenta, renuncie, acabe su agonía y denos paz.