PERÚ, PAÍS SIN RUMBO

¿Será que nadie puede hacer las cosas bien? ¿Es tan fuerte el poder que te transforma y te aleja de tus raíces y convicciones? o como dicen, tener poder sacar lo peor de ti. Dina Boluarte en los 75 días que tiene su gobierno no escucha y tal parece no dará su “brazo a torcer” para una posible renuncia, su alianza con la derecha recalcitrante y los niños congresistas hacen que la única forma de que hayan nuevas elecciones es si el congreso así lo decidiera, cosa hoy muy lejana. No olvidemos que la izquierda de Perú Libre y Bloque magisterial juegan su partido aparte con la exigencia de “asamblea constituyente”. Gritan que quieren elecciones pero en el fondo no quieren irse, saben que políticamente pierden día a día un caudal importante de electores, sobre todo aquellos que se ven más pobres mientras sus congresistas cada vez se hacen más ricos.

Tenemos 130 congresistas que ostentan el título de padres de la patria, sinvergüenzas es lo que son, no quieren dejar sus gollerías y privilegios. No poderse pagar el menú diario que consumen y que el sufrido pueblo asuma ese costo, francamente llega al extremo de la conchudez, y más aún cuando el impresentable congresista de renovación popular Jorge Montoya manifiesta que seguro el pueblo está acostumbrado a comer comida de tercera, pues ¡si almirante! El pueblo, aquel que no puede reactivar su economía por la crisis política, aquel pueblo que la pandemia le trajo secuelas difíciles de recuperarse en lo social y económico, ese mismo pueblo al que cada cierto tiempo dicen ustedes representar, hoy está comiendo comida de tercera, prueba de ello es la existencia de miles de ollas comunes y comedores populares en nuestro país. Para hablar con sensatez es necesario que se conozca el Perú real, no solo el Perú formal ni turístico.

Mientras continúe esta crisis política la gestión de los gobiernos municipales y regionales difícilmente será auspicioso. Hoy estamos en piloto automático, nuestro país no tiene rumbo. No olvidar, a razón y a responsabilidad de quien hoy estamos jodidos, atrapados sin una luz de salida en el camino. Nada peor que traicionar a un pueblo mil veces traicionado.