SALUDO AL XXV ANIVERSARIO DEL PARQUE DE LA IDENTIDAD WANKA

Este seis de diciembre, el Parque de la “Identidad Wanka”, emblemática obra del Plan de Gobierno “Huancayo al Rescate de su Identidad y Revaloración de sus Costumbres y Tradiciones”, cumple un cuarto de siglo (“Bodas de Plata”) de inaugurado. Otro aniversario que lo encuentra con injusto trato, aunque por estos días se observa un apresurado e inexperto mantenimiento, buscando disimular su deliberado abandono.


Pese a que en los últimos veintidós años es víctima de la mezquindad instalada en enero de 1999 en la Municipalidad de Huancayo, insania que le negó recibir un adecuado mantenimiento a sus servicios y conservación de sus atractivos; su belleza y mensajes, continúan motivando admiración y haciendo que trasciendan diferentes aspectos de nuestra identidad cultural, inclusive, fuera de las fronteras del país.


Sin duda, es un hito por la consolidación de la cultura del reconocimiento y el sentimiento del noble orgullo de lo que representa la nación Wanka, expresada en sus simbologías de tradiciones, en las esculturas de personajes populares (cultores de sus costumbres, folclore y artes), en la pirca, técnica de los muros de piedra.


De la ceremonia de su inauguración, nos conmovió la emoción de quienes, en vida, develaron sus esculturas, sintiendo el justo homenaje que los perennizaba en lo material y espiritual (Don Zenobio Dhaga; “Panchito” Leyth, “El Incario” Rivera, “Mocho” Chávez), así como la satisfacción y orgullo de los familiares, develando el recuerdo de quienes ya habían partido ( “Chaparrita Angélica Quintana”, “Flor Pucarina”, “Moticha Alanya”, “Picaflor de Los Andes”, Don Amadeo Ugarte Ríos, Don Sergio Quijada Jara)
Es un referente del estilo arquitectónico logrado por la gestión edil (90-98), una obra de arte peculiar que, ha priorizado la utilización de materiales de la zona (piedras, escallas, lajas, madera quinual), la presentación de especies vegetales nativas, así como la simbología de diferentes costumbres de nuestro pueblo, sin descuidar la incorporación de la modernidad en su iluminación, sonido y técnicas para conseguir juegos de agua de sus fuentes y porongos.


Lo principal, es que el conjunto rescata y nos recuerda la etimología de la palabra quechua: Wanka (piedra) cuya presencia tratada por manos de nuestros profesionales y obreros, es un valor agregado turístico de la ciudad que inspira noble orgullo por lo nuestro y motiva que los huancaínos demandemos atención a sus necesidades como, presupuesto razonable, restauración integral (por quienes lo construyeron) y mantenimiento integral oportuno.


Así mismo, la restitución de atractivos como el cactario de especies nativas bonsái, funcionamiento de su Sala de Exposiciones, restablecimiento de los módulos de venta de artesanía en la plazoleta “La Huachua” y de platos típicos, la construcción de talleres artesanales. También, el Cese de su hacinamiento con introducción de elementos ajenos a su originalidad que deben retirarse, como el llamado “pozo de los deseos”.


Además, el cumplimiento de las normas municipales que prohíben otorgamiento de licencias para salones de baile nocturnos, restaurantes, bares y similares en su perímetro y, la dotación de un mayor número de guardianes y guías preparados en el mensaje de sus elementos esculpidos con piedras de canto rodado, lajas y escallas.
Hoy, añorando la plenitud de su prestancia, saludo emocionado al Parque de la “Identidad Wanka” en su XXV Aniversario.