SOBREVIVIENTE DEL SERUMS

Recuerdo el día en que regresé del SERUMS, me esperaban mi papá y mi tía, emocionados y sobre todo aliviados, porque estaba viva. Mi tía que había sido personal de salud me dijo: ¡sobreviviste! y en ese momento lo entendí como que había logrado terminar una etapa de mi carrera en la medicina de manera satisfactoria, pero no, era una afirmación literal. Ya que todos los años se registran casos de jóvenes médicos y de personal de salud de establecimientos de las zonas rurales que fallecen o quedan gravemente heridos en accidentes, durante el traslado hacia los establecimientos de salud o de retorno a sus ciudades de origen. Muchos de estos accidentes suceden también durante el traslado de pacientes a los hospitales para resolver los casos que en los establecimientos menores no son posibles de atender.

El sistema de salud de nuestro país tiene un enfoque hospitalocéntrico, lo que significa que este está centrado en la atención de la salud en los hospitales y deja de lado la atención primaria en los establecimientos de menor complejidad. Lo cual es un grave error, porque la mayor proporción de los problemas de salud se pueden resolver en estos espacios menores, incluso con mejores resultados. Ya que la atención de los hospitales está destinada a solucionar problemas ya instalados, y muchas veces no pueden retornar la salud a plenitud. Mientras que en los establecimientos menores el trabajo no solo está destinado a atender los problemas cuando recién empiezan, sino que además se puede trabajar en actividades preventivas, o lo que es mejor en promocionar estilos de vida que generen vidas más saludables.

Lamentablemente el sistema sanitario de nuestro país le delega la responsabilidad de atender la salud de las personas de zonas rurales en los establecimientos de menor complejidad a las médicas y los médicos recién egresados, de manera obligatoria para poder trabajar luego en el sistema público o realizar una especialización. De esta forma el Estado se desentiende de su obligación con este grupo poblacional y le traslada su función a un grupo de jóvenes que tienen que cumplir incluso con sus propios recursos, todas las deficiencias de este sistema. Y nosotros hemos romantizado esta vulneración en la que no solo somos explotados laboralmente, sino que además se pone en juego nuestras vidas.

Recuerdo una vez en la que tuve que atender a una persona que sufrió una intoxicación por un pesticida. A la cual tuve que trasladar desde mi puesto de salud en Racracalla en un vehículo particular hacia el centro de salud en Comas y luego hacia el Hospital Carrión de Huancayo en la parte posterior de un camión. Mientras le administraba el tratamiento. Fui recibida por el personal de salud con mucha diligencia, porque yo era una vieja conocida en el lugar, ya que un año antes había sido interna de medicina ahí. Les conté mi travesía con mucho orgullo y recibí las felicitaciones del personal y de un exprofesor que me estimaba.

Pero ahora que lo veo en retrospectiva me aterroriza pensar cómo fue posible que llegáramos con vida luego de haber pasado por esas rutas en medio de la madrugada, sin ningún tipo de seguridad. Era un juego constante con la muerte, sin contar con el hecho de que todo el costo del traslado fue asumido por mi. Luego supe que la persona que tenía la jefatura de mi puesto de salud registraba todas esas actividades para el reembolso, pero esa historia ya es parte de otra anécdota. Lo triste de todo esto es que este recuerdo no es un hecho aislado, es una situación recurrente y parte del historial de todas las personas que pertenecemos al sistema de salud y hemos tenido que hacer el SERUMS.

Hace unos días falleció una joven colega que hacía su SERUMS en Ayacucho mientras se trasladaba hacia Lima desde su establecimiento de salud. Y las constantes interrogantes nos vuelven a azotar. ¿Cuándo llegará el día en que el Estado asuma su responsabilidad con la población de las zonas rurales más alejadas? ¿Hasta cuándo el sistema de salud se seguirá sosteniendo en las vidas de los jóvenes egresados de las carreras de salud? ¿Cuántas vidas son las suficientes para que se entienda que debe haber una reforma profunda del SERUMS?. Nuestras vidas importan y es necesario que quienes hemos sobrevivido a este periodo cruel de iniciación tengamos una voz fuerte y contundente para pedir el cambio.

Nadie puede negar que la experiencia que se vive en el SERUMS es tremendamente enriquecedora y que como en mi caso, etapas como estas representan un antes y un después, incluso en nuestras vidas personales. Pero esto no puede pagarse con las vidas, ni las nuestras que se exponen debido a las condiciones difíciles en el país. Ni las de la población, que son expuestas a la impericia e inexperiencia de médicas y médicos recién egresados que son que son enviados a cometer errores para que cuando lleguen a las ciudades atiendan con experiencia y calidad a las personas de las zonas urbanas.