DOÑA CHAVELITA AMADRINA A LOS NIÑOS

El Congreso aprobó con 71 votos (más de la mayoría absoluta), las reformas constitucionales que contiene el dictamen (sustitutorio) elevado a su Pleno por la Comisión competente (Constitución); por tanto, al no llegar a los 87, debe ir a referéndum que debe ser convocado –ojalá- en el plazo más breve, poniendo a prueba la capacidad de los partidos para sustentar ante la ciudadanía, sus posiciones sobre las bondades y desventajas de la ley que tiene como punto central el retorno a la bicameralidad, que ya está en proceso de ponerse en vigencia o de ser rechazada, en la etapa de la voluntad popular expresada en las ánforas (Referéndum).


Una de las propuestas del dictamen aprobado, que generó fundadas suspicacias, es la reelección inmediata e indefinida de parlamentarios que incluye a los del actual Congreso que ha roto records de desprestigio, deslegitimando su competencia para hacer las reformas constitucionales que plantea; situación que además, se agravó con la reciente reedición de las Comisiones de Ética y Fiscalización de utilizar un instrumento para la impunidad conocido como “otorongo no come otorongo”, blindando –entre otros casos- al congresista “playero” (Guerra García) y a los llamados “niños”, respectivamente. Estos últimos amadrinados por la congresista “niñera” Chavelita. Se vuelve a desnudar el “compromiso” de los “niños” con las huestes de PL.


Es curioso que, la Comisión de Constitución, no haya considerado la oportunidad ni la influencia de la falta de legitimidad del Congreso para conseguir los votos que necesita una reforma sin referéndum, que era su propósito. Tal vez, la premura del tiempo segó la capacidad de análisis de su presidenta, al extremo de no darse cuenta que la población rechaza a los miembros del actual congreso con casi 90% de desaprobación; por lo que, la ventana a una posible reelección es desafiar ese sentimiento. Nada costó, si ese no era el interés, precisar que la reelección entraría en vigencia para los parlamentarios del siguiente periodo, es decir para los de integrantes de un nuevo Congreso.


Bueno, esperemos la convocatoria a referéndum; mientras tanto, la crisis sigue galopando y necesitamos definiciones urgentes para no llegar a la anarquía, considerando que el adelanto de elecciones sin reformas no garantiza que nos ira mejor, todavía es oportuno volver los ojos al Acuerdo Nacional buscando consensos para afrontar los escenarios que nos plantearía un adelanto de elecciones que genere mínimas consecuencias negativas y que no sirva para que el presidente de la última transición presidida por el Congreso, nos embauque con la iniciativa del “Consenso Ciudadano”. Nos toca “abrir los ojos”.