ASAMBLEA CONSTITUYENTE

Tal como se anunciaba en campaña electoral, una propuesta que no nace del profesor Pedro Castillo sino que es la bandera de “lucha socialista” del Dr. Vladimir Cerrón, hoy ve la luz desde el discurso político del rondero cajamarquino plasmado en un papel. Se presentó el proyecto de Ley ante el Congreso de la República que busca llevar a referéndum/consulta popular la conformación de una Asamblea Constituyente y con ello el redactar una nueva Constitución Política para el país.

Los más de 160 conflictos sociales activos a nivel nacional, la baja aceptación del Gobierno de Perú Libre con casi 80% de desaprobación, los cuestionamientos a los cuatro gabinetes de más de 30 Ministros y pésimas designaciones de altos funcionarios han hecho que el Presidente para “una vez más” congraciarse con la población presente el borrador de llamar a Asamblea Constitucional. El momento es idóneo y oportuno pues las próximas elecciones regionales de octubre próximo serán decisivas para los Partidos Políticos con representación nacional, y es que la población busca que se vallan todos ante tanta incapacidad y justo el mismo día se quiere llevar a referéndum si estamos de acuerdo o NO el que se conforme una Asamblea Constituyente que redacte una nueva Carta Magna y cierre un capítulo en el Perú de 29 años con la CPP firmada por el ex presidente Alberto Fujimori.

Si nos ponemos a analizar cuál es el entorno del “profesor” y la calidad de asesores, aliados y “profesionales” que lo rodean y que estos sean quienes se acerquen en la búsqueda de formar parte para la elaboración de la nueva CPP, nos queda claro que esto sería gravísimo para el futuro del país, para su democracia, para su institucionalidad e independencia de poderes, para la libertad de expresión y opinión. Es clara que la Asamblea Constituyente es la puerta para el ingreso a una dictadura, de terror y de horror.

La Constitución Política de 1993 nos muestra cifras favorables en varios ámbitos: Económicos: 4.75% en promedio en crecimiento, inversión, exportaciones e importaciones; Social: 20% en la reducción de la pobreza y 3% en pobreza extrema; Monetarias: controlada del 4.5% en inflación. Esto es claro, las políticas de Estado van en función a quienes las plantea de manera responsable y sostenible, es claro que la CPP no es la culpable de tener actos de corrupción en los distintos niveles de gobierno.

Es cuestión de personas y de quienes manejan erradamente el timón del país lo que hace que hoy en día los millones de peruanos ante el furor social, el caos y la incertidumbre política quieran una cambio de Constitución azuzados por el inquilino de palacio y compañía y repitiendo el discurso de enfrentamiento y odio entre ricos por sobre los pobres.

Hay prioridades que en el Perú se necesita resolver son el desempleo y la informalidad, la inseguridad ciudadana y la violencia física y sexual a mujeres, niñas y niños, la corrupción institucionalizada en los gobiernos locales, regionales y gobierno nacional, entre otros aspectos más que llaman a trabajar con políticas firmes y claras.

Fijémonos en lo que es urgente y necesario resolver, no nos distraigamos con Asambleas Constituyentes, no permitamos que nos ganen los apasionamientos.