UN CONGRESO TIBIO

Los peruanos tenemos claro que en el sillón de Pizarro se encuentra un ciudadano elegido por la voluntad popular (claro está que también existen cuestionamientos en la forma y en el desarrollo de las elecciones pasadas de abril y junio). Pero, también tenemos claro que en la Casa de Pizarro hay un personaje improvisado.

Ningún/a peruano/a nace sabiendo como gobernar un país, ni en el Perú, ni en Cuba o Venezuela o en cualquier otra parte del mundo, lo que sí sabemos es que para gobernar necesitamos mano política y pensamiento técnico acompañado de asesores con experiencia y voluntad política para encaminar las reformas necesarias que ayuden a mejorar la calidad de vida de todo un país, buscar el equilibrio económico y la sostenibilidad que ello representa.

En abril pasado también elegimos a 130 parlamentarios, los mismos que representan a los más de 30 millones de peruanos y peruanas incluyendo a nuestros compatriotas residentes en el extranjero, y, aquí es donde nos vamos a centrar. Las 10 bancadas que integran el Congreso pertenecen a partidos de izquierda, derecha y centro, con ideologías, pensamientos e intereses propios (cosa que es normal porque se deben a un partido político y se rigen a una disciplina política-partidaria interna).

Pero, ante una coyuntura de inestabilidad social, económica y política necesitamos un congreso con temple y posición firme, NO tibios, necesitamos un Parlamento que se interese por los peruanos y anteponga los propios intereses partidarios.

La ingobernabilidad del Ejecutivo es un llamado para que todas las fuerzas políticas representadas en el Congreso lleguen a consensos para discutir cual es el futuro del país entorno a la crisis de gobierno, pues ahora estamos en el que si se alcanzan o no los 52 votos para llevar a debate la moción de vacancia presentada por la congresista Chirinos, necesaria para citar al Profesor para que responda al país porque tanto desacierto en el nombramiento de ministros, de viceministros y funcionarios públicos dentro del propio ejecutivo como en las principales dependencias descentralizadas.

Es momento de conocer cuáles son los reales intereses de los grupos políticos y ya no tener que verlos en reuniones a escondidas o con tratos bajo la mesa a cambio de algo a puertas de una votación. Es momento de que se definan los votos del Congreso para citar al Presidente, solo así saludaremos su función de fiscalización y representación. Si yo fuese hoy congresista votaría a favor de la moción y tú, votarías a favor o NO y por qué?